Las propuestas han sido variadas, distintas entre sí, tanto en lo formal como en lo que refiere a cuestiones de fondo y eso es valorable. Algunas apuntan a provocar la instrospección en la búsqueda de contenidos subjetivos, que tienen que ver fundamentalmente con mecanismos de propiocepción y autoconocimiento, mientras que otras a la búsqueda de la remoción o puesta en cuestión de conceptos de terca materialidad histórica, social y cultural. Estos son objetivos también valiosos. Todas las trayectorias de sus autoras han sido calificadas: avanzadas, y, por lo tanto, sus respectivas cursadas están aprobadas.
Van aquí algunas observaciones respecto de los diseños de producciones, solo a fin de que estén presentes en las charlas, a modo de ayuda y orientación para visualizar posibles modificaciones que mejoren los proyectos.
Son varias las performances en las que se apela a la pregunta al público al finalizar, esto es cuestionable por varias razones:
a) Si se le formulan preguntas al público al "finalizar"... ¿Qué sucede? ¿La performance ya terminó? ¿El público pudo modificar su lugar, punto de vista y perspectiva tradicional de mero espectador en el proceso de producción/consumo durante la performance? ¿Se transformó en espectactor?
b) Si no lo hizo... Formularle preguntas al público luego de finalizada la performance... ¿No es acaso lo mismo que hacerle preguntas luego de que termine una película, una obra de teatro, la lectura de poemas o de cuentos? ¿O de que haya finalizado su recorrido por una exposición fotográfica, pictórica o escultórica? ¿O por una instalación habitable o una que se ve desde fuera? ¿Cuál sería la diferencia?
Creo que la respuesta es evidente: ninguna.
La interpelación debe realizarse dentro de la obra y no fuera. Debe estar estructurada y formulada durante la obra y no después de la obra. Debe estar hecha de discurso artístico y no de discurso periodístico o sociológico (a modo de entrevista o encuesta).
Pues, de lo contrario surge que tanto la interrogación al público, como su consecuente respuesta, pertenecen ya al territorio de la realidad. No hay en esta instancia discurso ficcional, metáfora, obra de arte; sino - lisa y llanamente - opiniones o la comunicación de reflexiones, pensamientos, emociones o sentimientos, que pertenecen a personas físicas reales, y están, por lo tanto, fuera de la performance.
Luego:
c) Se observa en varias de las performances la ausencia de combinación de artes.